viernes, 24 de junio de 2011

Subsidios al precio de la gasolina


Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré el subsidio al precio de la gasolina, y en este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena, es que para este año se había estimado un subsidio de las gasolinas de casi 35 mil millones de pesos (m-mdp).
B. La mala, es que se equivocaron con el cálculo, actualmente se estima que ascenderá a 170 m-mdp.
Al consumo de las gasolinas se les aplica un impuesto denominado impuesto especial a la producción de bienes y servicios, simplemente ieps, cuya forma de cálculo escapa a las posibilidades de este espacio. Lo relevantes es que el citado impuesto de 2002 a 2006 acumuló 260 m-mdp, con una trayectoria de menor recaudación cada año. Pero no fue hasta el año 2006 que el impuesto se tornó negativo, transformándose de impuesto a subsidio. Lo más característico es que este evento no fue privativo de ese año, ya que de 2006 al primer trimestre de 2011 se han subsidiado a las gasolinas en cerca de 450 m-mdp.
La Ley de Ingresos de la Federación estableció para este año un subsidio a la gasolina de 35 m-mdp, pero como los precios internacionales de la gasolina han subido a una mayor celeridad que el aumento del precio de gasolina en México, se estima que el subsidio ascenderá a 170 m-mdp. Esta cifra no es menor, ya que representa el 1.3% del PIB de toda la nación; además el subsidio es equivalente a la suma del valor de la fabricación de refrescos y bebidas no alcohólicas y cerveza.
La Secretaría de Hacienda argumenta que el subsidio tiene por objetivo contener las presiones inflacionarias; tarea que no le compete, ya que esa es la actividad prioritaria del Banco de México. A finales de 2009 el gobierno adoptó una política de precios internos de los combustibles, estableciendo incrementos mensuales de 8 y 4 centavos mensuales por litro para la modalidad Magna y Premium, respectivamente.
El subsidio tiene, al menos, tres problemas. Primero, cuando se subsidia una mercancía su precio baja artificialmente, lo que implica que se consuma una mayor cantidad, a pesar de que la gasolina no tiene sustitutos, un precio más elevado induce a que los consumidores racionen su gasto en el energético. Segundo, de los 170 m-mdp que se erogaran durante este año en subsidios, 150 m-mdp van a parar a manos del 50% de la población de mayores ingresos en el país, es decir, que prácticamente se le regalan los recursos a la población que no lo necesita, a “los ricos” y tan sólo 20 m-mdp a los denominados “pobres”. ¡Qué mala estrategia! Tercero, el alza de precio de la gasolina no genera inflación, ya que el gasto en gasolina de los empresarios mexicanos tan sólo representa 17 centavos de cada 100 pesos que se erogan en insumos; en donde si impacta significativamente es en el transporte, pero sus tarifas son establecidas por la Secretaría de Transportes y Vialidad.
Apreciado radioescucha, el gobierno además de tener un monopolio energético, fija los precios con una fórmula que permite que los impuestos se puedan transformar en subsidios, pero estos recursos no se destinan a los más necesitados, sino a los “ricos” consumidores de gasolina que, créame, no lo necesitan. La gota que derrama el vaso es la propuesta de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión al aprobar un punto de acuerdo para Exhortar al Ejecutivo federal a congelar los precios de las gasolinas. Como decía la abuela: “el infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras”.

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