Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré el desempleo de los jóvenes en México, y en este tenor, les tengo dos noticias: una mala y una buena:
A. La mala, es que de acuerdo con las cifras oficiales, siete de cada diez jóvenes están desempleados.
B. La buena, es que algunos de ellos pueden soportan el desempleo porque sus familia les transfieren recursos.
El mercado laboral mexicano se encuentra deteriorado, ya que existen dos y medio millones de personas sin empleo, además casi trece millones de individuos desempeñan su esfuerzo laboral en la economía informal; ello sin considerar los que están inmersos en la economía criminal. El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social asegura que la actual Ley Federal del Trabajo no tiene opciones para que los jóvenes y otros grupos como las mujeres y los adultos mayores tengan un empleo y puedan mejorar sus condiciones laborales y calificó a estos sectores sociales como grupos vulnerables.
Respecto a los adultos mayores no me cabe la menor duda que son un grupo vulnerado, salvo aquellas personas que gozan de una pensión o los que se prepararon ahorrando en su juventud, los demás deben vivir con las transferencias o donaciones que sus familiares les aportan.
Respecto al grupo juvenil, la información estadística revela que la tasa de desocupación en los jóvenes es de diez por ciento, la que casi duplica a la tasa general de 5.7 por ciento. Las cifras indican que en la actualidad existen 29 millones de jóvenes entre 14 y 29 años de edad, de los cuales solamente 7 millones están ocupados, otra parte muy importante de ellos estudian. Cabe señalar que entre los que trabajan hay quienes realizan actividades no remuneradas; es el caso de los jóvenes que trabajan en el negocio familiar, a quienes no se les paga un salario porque se piensa que deben trabajar en pos del beneficio del negocio y la familia. ¿A caso usted no conoce un joven que ayude en las actividades de la miscelánea de la esquina y que no le pagan un sueldo?
Analicemos los siguientes hechos. En las economías europeas la tasa de desempleo ha alcanzado el diez por ciento, incluso en España se ha acercado al veinte por ciento. En contraste, en México se ubicado entre cinco y seis por ciento. Cómo se explica que en naciones ricas haya más desempleados que en una nación de ingreso medio como la mexicana. El factor determinante se denomina seguro de desempleo.
En efecto, en los países desarrollados cuando una persona pierde su trabajo, de forma temporal o definitiva, el gobierno les entrega una suma de dinero mientras encuentran una opción laboral, lo que les permite razonar las alternativas, al menos tienen para alimentarse y desplazarse. En contraste, en México la tasa de desempleo es más baja porque aquí no hay seguro de desempleo y cuando se pierde hay que encontrar rápidamente otro para llevar dinero a casa, no importando si el empleo pertenece a la economía informal.
Estimado radioescucha, el gobierno calificar a los jóvenes desempleados como un grupo vulnerable. Sin embargo, soy de la opinión, con base en el caso europeo, que una parte importante de ellos están desempleados porque cuentan con una red familiar que los financia, que los respalda y les proporcionan transferencias económicas, lo que les permite sortear mejor las tribulaciones para encontrar una mejor opción de empleo. El gobierno en lugar de descubrir el hilo negro identificando los grupos vulnerables mejor debería convocarnos para proponer y concretar una reforma laboral que facilite la contratación de todos los grupos de edad, ya que todos somos susceptibles de perder el trabajo.
Para el Poder de la Discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.
martes, 31 de agosto de 2010
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