Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré la discusión sobre la seguridad en México. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala:
A. La buena, es que las principales fuerzas políticas nacionales se reúnen para discutir el tema de la inseguridad en el país.
B. La mala, es que pese a las distintas propuestas no se llega a una solución.
En los últimos años, la inseguridad ha tomado especial importancia debido al fuerte crecimiento de los indicadores de delincuencia que se observan en diferentes partes del mundo. En México, este problema ha ocupado un papel primordial en la agenda de los políticos, además de constituirse en una de las principales preocupaciones de la sociedad.
Los Diálogos por la Seguridad, buscan constituirse en un foro en donde se discuten los problemas sociales que están ligados a la violencia y a la inseguridad en el país. En este programa los participantes piden al presidente de la República que tome acciones en contra de la inseguridad y la ingobernabilidad.
En este tema, Gary Becker, un economista estadounidense, en 1969 presentó una explicación de las actividades delictivas en donde consideró al crimen como una actividad lucrativa que se realiza dentro de la economía y al criminal como un individuo que busca su mayor beneficio dadas las circunstancias y limitantes del entorno. Becker considera que el criminal comete un delito sólo si la el beneficio que obtiene a través de una actividad ilegal excede al beneficio que obtendría si utilizara ese tiempo y esos recursos en una actividad legal.
Los economistas definimos al beneficio como la diferencia que existe entre los ingresos y los costos; el que no siempre es positivo, ya que si los costos son mayores que los ingreso entonces se sufren pérdidas.
Regresando al tema, lo que gana un delincuente es el botín del pillaje y su costo es perder su libertad o incluso su vida. Sin embargo, también hay que considerar que dependerá de la probabilidad de ser atrapado, de la probabilidad de ser procesado y de la probabilidad de ser condenado. También hay que incluir en el costo de los delincuentes la severidad de las penas en caso de ser condenado. Así que un criminal enfrenta la disyuntiva de trabajar en un negocio legal ganando un salario mínimo o desempeñarse en una actividad onerosamente remunerada pero al margen de la ley.
Becker concluyó, que si el objetivo de la sociedad fuera disuadir completamente al criminal, es decir, abatir los delitos, la sociedad debería gastar recursos en elevar la probabilidad de captura y los castigos de forma tal que las ganancias del crimen nunca fueran superiores a las de las actividades legales.
Estimado radioescucha, no basta con que los funcionarios se reúnan a discutir y a dar propuestas para solucionar el conflicto de violencia e inseguridad que se vive en el país, cuando del total de detenidos por delitos contra la salud en el año 2006, sólo 7 de cada mil fueron sentenciados. Así que mi propuesta, siguiendo a Becker, es aumentar el número de sentenciados, pero con fundamentos legales, sin incurrir en la denominada “siembra” de pruebas.
Para el Poder de la Discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.
martes, 31 de agosto de 2010
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