Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. En esta ocasión comentaré la propuesta de legalizar en México la producción de drogas ilícitas. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala:
A. La buena, es que el presidente Felipe Calderón se ha abierto al debate sobre la legalización de las drogas en el país.
B. La mala, es que esta medida no resuelve el problema de fondo.
Durante el foro del diálogo por la seguridad el presidente de México Unido Contra la Delincuencia, planteó la opción de legalizar las drogas como “un plan B” para frenar la delincuencia, ya que la estrategia que ha adoptado el ejecutivo sobre el combate al crimen organizado hasta el momento no ha brindado los suficientes resultados.
A pesar de la postura en contra y ante las críticas generadas durante el foro, Felipe Calderón aceptó debatir el tema de la legalización de las drogas. Sin embargo, mencionó que algunos argumentos en contra es que aumentaría el consumo de drogas entre los jóvenes y que podría generarse una idea de que es sociablemente aceptable el consumo de esas sustancias.
Un punto a favor de la legalización de la producción y consumo de drogas ilícitas, tales como la mariguana, cocaína y sus derivados, heroína, metanfetaminas, alucinógenos, inhalables y otras drogas, es la disminución de sus precios, reduciendo los incentivos para participar en dichas actividades aminorando a su vez la violencia. Pero debe considerarse que la producción y consumo de drogas no es un problema local sino internacional; de hecho, en el caso de América del norte es binacional porque México distribuye y Estados Unidos consume. Según una afamada revista (Expansión), México exporta a Estados Unidos unas 16 mil toneladas de marihuana, el 90% de la cocaína que llega a México, unas 260 toneladas anuales y la mitad de las anfetaminas que consume nuestro vecino del norte.
Esto no significa que este minimizando el problema de consumo de drogas en el país, porque esa idea de que México es sólo un espacio de transito es falsa, ya una fracción de ellas es consumida en el país. De hecho la encuesta nacional de adicciones (elaborada por la Secretaría de Salud) señala que en México entre 2002 y 2008 aumentó menos del 1% el consumo de drogas ilegales, y que no ha crecido igual que en países como Estados Unidos o en Europa. La encuesta estima que hay menos de 4 millones de residentes en el país que las consumen y también refiere que el abuso de sustancias es una conducta prevenible y que la adicción es una enfermedad que puede tratarse.
El uso de drogas no solo es nocivo para la salud de los consumidores, también lo es para la sociedad porque en los procesos de producción, distribución y consumo están asociados múltiples delitos, como la venta de sustancias prohibidas, los robos de los dependientes, los ajustes de cuentas entre miembros de los cárteles de la droga y otras externalidades.
La revista señalada (Expansión) estima que el narcotráfico genera en México 19,000 millones de dólares, cifra parecida al envío de remesas y mayor a las divisas que atrae el turismo. También calcula que esta actividad ilegal ocupa en México a medio millón de personas entre las que cuenta a gatilleros, cosechadores de marihuana, ‘cocineros’ (quienes producen las anfetaminas) y transportistas, entre muchos otros; esto es, 25% más personas de las que emplea una conocida empresa vendedora de hamburguesas (McDonald’s) en todo el mundo; ello sin incluir a los policías, arquitectos, contadores o financieros que trabajan indirectamente para los delincuentes.
Lo más grave es que en este sexenio presidencial se han registraron casi 25 mil muertes por narcotráfico. Ante estos lamentables eventos, algunas voces proponen legalizar la producción y el consumo de drogas en México. Sin embargo, a pesar de que estoy convencido de que los mercados, en donde participan millones de consumidores y millares de productores, son la mejor forma en que podemos distribuir los bienes y servicios que consumimos, en el caso de las drogas estoy en total y absoluto desacuerdo con esta propuesta. El motivo es muy simple, el mercado de la droga es particular porque se produce en México y se consume en Estados Unidos, lo que significa que la producción y consumo se debe legalizar en ambas naciones a la par para que la actividad deje de ser lucrativa para las organizaciones criminales. Si únicamente se legaliza en México no pasaría nada, ya el que el consumidor, el que paga en Estados Unidos, no tendría acceso legalmente a la droga y el narcotráfico seguiría siendo un negocio atractivo.
Estimado radioescucha, los mercados son un buen mecanismo para comprar y vender los bienes que necesitamos, pero ni Estados Unidos ni México están dispuestos por lo pronto a legalizar conjuntamente la producción y consumo de drogas ilícitas, a pesar de ser la solución idónea.
Para el Poder de la Discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.
jueves, 5 de agosto de 2010
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