Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré el estado que guarda la economía informal, y en este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena es que la economía informal todavía no es el motor de la economía mexicana y no es exclusiva de la nación azteca.
B. La mala es que equivale al 30% del PIB, es decir, una tercera parte del total de la producción formal.
Según el Banco Mundial la economía informal se define como: el intercambio de bienes y servicios no registrados con exactitud en la contabilidad gubernamental. En el ámbito internacional se estima que la economía informal genera 9 billones de dólares, cifra equivalente a 10 veces el tamaño de la economía formal mexicana y similar a la producción de Estados Unidos.
Según el Banco Mundial el fenómeno de la economía subterránea está presente en todo el globo terráqueo, pero en distinta magnitud. Por ejemplo, por cada 100 unidades monetarias locales, en Estados Unidos aporta 9, en Gran Bretaña, Singapur y China el 13, en España y Chile 20, en Brasil el 40 y en Perú 60. En México, por cada 100 pesos la economía informal aporta 30 (284 mil millones de dólares, según el FMI), es tan grande que es similar a la producción de las actividades agropecuaria e industrial juntas.
En nuestra nación la institución encargada de medir este fenómeno es el INEGI, quien recientemente nos reporta que el sector informal contiene a uno de cada tres personas ocupadas y quienes en su mayoría son trabajadores subordinados que se desempeñan en el sector de los servicios.
Cabe señalar que cuando se habla de economía informal no se incluyen las actividades de la economía criminal, como el narcotráfico y el traslado de emigrantes. La diferencia entre economía informal y criminal es relevante, la primera se desarrolla en canales informales o no paga impuestos pero los bienes que comercian son legales, por ejemplo, un vendedor ambulante de golosinas no paga impuestos pero los dulces son legales; en contraste, la economía criminal trata con mercancías ilegales, por ejemplo la cocaína o las bebidas alcohólicas adulteradas.
Entonces, cuál es el problema de la economía informal. Por una parte, no contribuye con recursos al erario público y los formales si, en segunda, goza del gasto del gobierno que se destina a pavimento, luz eléctrica y de toda la infraestructura pública. Empero, no todo es culpa de los informales, el gobierno tiene su parte, ya que en México el complicado pago de impuestos y la dificultad para abrir negocios la fomentan. También debo señalar que ellos buscan una forma para sostener los gastos familiares y la encuentran por esta vía, amén de perder todas las oportunidades de la denominada seguridad social.
Estimado radioescucha, existen algunas rutas para formalizarlos, entre ellas una reforma fiscal con un impuesto único que facilite su pago, exigir comprobantes fiscales a todos los que participen en una actividad productiva y comercial, sin excepción y, al final, pero no menos importante, que gobierno elimine trámites para abrir un negocio.
Para El Poder de la Discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias
viernes, 11 de junio de 2010
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