Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré la baja en la calificación soberana de México. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena es que el presidente, sus secretarios de estado los diputados y senadores están trabajando en tiempo, porque ya aprobaron los ingresos y el gasto público del próximo año.
B. La mala es que si bien trabajaron en tiempo, no lo hicieron en forma, ya que una empresa calificadora nos perdió confianza y nos redujo la calificación en materia de pago de deuda.
En días recientes los diputados modificaron y aprobaron tanto la ley de ingresos como el presupuesto de egresos de la federación, que no es otra cosa que la forma en que el gobierno obtiene sus ingresos y en que los gasta. Dos elementos le caracterizaron, por una parte, decidió gastar más de lo que ingresará y para cubrir el faltante el gobierno se endeudará en mercados internacionales.
A principios de esta semana, Fitch Ratings, una de las tres calificadoras mas importantes del mundo bajo la calificación soberana de México de triple B + a solo triple B. Expliquemos esto, Fitch Ratings es la empresa más importante en el mundo en materia de calificación de deuda externa porque le reporta a las bolsas de valores de Nueva York y Londres. Además de ser líder en estadísticas financieras desde 1913, Fitch Ratings establece grados de inversión ocupando letras que van desde la triple A a la letra D, estableciendo una escala descendente en la calidad de las naciones en materia del pago de deudas. Lo que hace esta empresa, en términos simples y llanos, es darle una estrellita a las naciones que pagan sus deudas, incluidos los intereses y señalar aquellos países que tienen riesgo de no pagarlas. La disminución en el grado de inversión nos ubica como una nación con adecuada calidad crediticia, por arriba de naciones como Brasil, Colombia y Venezuela, pero por debajo de China y Chile.
La causa de esta medida fue la debilidad de los ingresos del gobierno, su elevado gasto, el déficit público y el hecho de que no se aprueben reformas relevantes en materia fiscal, educativa, labora, entre otras. El problema radica en que cuanto menos sea nuestra calificación, mayor es el interés que se debe pagar por la deuda.
Estimado radioescucha, el gobierno, los diputados y partidos políticos no han tomado las decisiones correctas que este país requiere para generar riqueza, nos quieren ayudar repartiendo pobreza y miseria. Una calificadora nos dice que ahora somos menos confiables para cubrir la deuda e intereses contratados, así que el gobierno debe pagar más. Pero al final del día, como el gobierno no genera riqueza y extraemos cada vez menos petróleo, quién cree que lo pagará en realidad, pues nada más y menos que usted y yo que si pagamos impuestos.
Para el poder de la discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.