Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré algunos aspectos de la Revolución Mexicana que han transcendido. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena, es que en la escuela primaria nos enseñan que la revolución de 1910 destruyó un régimen de pobreza, desigualdad y autoritarismo.
B. La mala, es que la lucha armada construyó otro régimen de pobreza, desigualdad y autoritarismo.
Después de casi un centenar de años del conflicto armado las causas que la originaron no se han resuelto a pesar de su elevado costo. La cifra oficial refiere un millón de muertes, provocadas más por la pobreza e insalubridad que a las bajas en combate, de hecho las tomas de Ciudad Juárez y la de Celaya fueron las acciones militares que provocaron un mayor numero de bajas, es incuestionable que la mayoría de los decesos se generaron por inanición, influenza y enfermedades gastrointestinales.
En materia económica el evento bélico desarticulo las cadenas de producción y distribución de mercancías. Sin embargo, el costo de la contienda armada no sólo se debe medirse con el número de personas fallecidas y la caída de la producción, hay que adicionarle la perdida de oportunidades de crecimiento que se generaron durante la contienda y en años posteriores.
No cabe duda que el régimen Porfirista era autoritario, pero apesar de que hemos avanzado en materia democrática, aún después de 100 años todavía no se puede garantizar o dejar de poner en duda elecciones limpias y justas.
La revolución mexicana inició como una rebelión en contra de la dictadura de Porfirio Díaz quien tenía más de 30 años en el poder. Liderada por intelectuales, entre ellos, Francisco I Madero con su lema “sufragio efectivo, no reelección”. El movimiento armado continúo con la imposición del dictador Victoriano Huerta y después se transformo en una revolución que lucho por causas sociales como la reforma agraria, la justicia social y la educación. El movimiento culminó con la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, reconocida como la primera de su tipo en el mundo.
Estimado radioescucha, después de casi 100 años, considero que el México actual debe romper con las cadenas y atavíos que nos heredó la revolución, me refiero a dos aspectos fundamentales:
1. Se requiere una constitución liberal en donde el estado no sea rector del desarrollo nacional, ya que son las familias y las empresas quienes crean la riqueza, el gobierno solo debe fungir como un árbitro.
2. Se requiere la reelección en un periodo adicional, para que el presidente, los gobernadores y los legisladores puedan ser premiados o castigados por sus aciertos o errores a través del voto. Esto también es democracia.
Para el poder de la discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.
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