Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré el cumplimiento de dos décadas de la caída del muro de Berlín. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una excelente.
A. La buena, es que el 9 de este mes se celebran dos décadas de la caída del muro de Berlín.
B. La excelente es que dicho evento se convirtió en un símbolo de la caída del comunismo y doto de libertad a los alemanes socialistas.
El 9 de Noviembre de 1989 se anunció oficialmente que a partir de la medianoche los alemanes del este, los socialistas, podrían cruzar a la Alemania capitalista, incluido el tránsito por el Muro de Berlín, sin necesidad de contar con permisos especiales. Ese momento fue de alegría para los alemanes socialistas quienes, a pie o en automóvil, comenzaron a pasar sin dificultad por los puestos de control. Las personas abrazaban a sus familiares, algunos entraron en crisis de llanto, otros brindaron con cerveza, entre múltiples actos de felicidad motivada por su recién adquirida libertad. Un grupo de ciudadanos eligieron escalar el muro y armados de cuerdas, picos y cinceles, comenzaron a hacer realidad su sueño de muchos años: derrumbar el muro de Berlín.
A partir de ese año el mundo experimentó una serie de acontecimientos muy importantes, me refiero a la propia caída del Muro de Berlín, la reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno de la Unión Soviética, el término del Pacto de Varsovia y la guerra en la antigua Yugoslavia, el fin de la guerra fría y la ampliación de la globalización.
Sin embargo, este acontecimiento histórico no ocurrió espontáneamente, tuvo antecedentes en innumerables hechos de la vida cotidiana. Por ejemplo: entre 1950 y 1960 más de dos millones y medio de personas abandonaron la Alemania socialista; tan sólo en 1961 salieron más de 200.000. Sin embargo, obtener la libertad implicaba correr el riesgo de perder la vida, cerca de tres centenares de personas fenecieron en la huida y 60 mil individuos fueron juzgadas por intentar escapar o ayudar a otros.
Con la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana las empresas estatales en quiebra y en condiciones de baja productividad fueron privatizadas y subsidiada por el Estado alemán. Los trabajadores de la Alemania socialista se beneficiaron con un mayor poder adquisitivo.
Estimado radioescucha, hace veinte años se construyó un muro de hormigón de 2 a 3 m de alto, con alarma que detectaba el contacto con el suelo, con una barrera de tela metálica más alta que un hombre, con un tendido de alambre de espinas y una alarma de contacto, con 302 torres de vigilancia, además de ser recorrido con perros policía de raza pastor obviamente alemán.
A. La buena, es que el 9 de este mes se celebran dos décadas de la caída del muro de Berlín.
B. La excelente es que dicho evento se convirtió en un símbolo de la caída del comunismo y doto de libertad a los alemanes socialistas.
El 9 de Noviembre de 1989 se anunció oficialmente que a partir de la medianoche los alemanes del este, los socialistas, podrían cruzar a la Alemania capitalista, incluido el tránsito por el Muro de Berlín, sin necesidad de contar con permisos especiales. Ese momento fue de alegría para los alemanes socialistas quienes, a pie o en automóvil, comenzaron a pasar sin dificultad por los puestos de control. Las personas abrazaban a sus familiares, algunos entraron en crisis de llanto, otros brindaron con cerveza, entre múltiples actos de felicidad motivada por su recién adquirida libertad. Un grupo de ciudadanos eligieron escalar el muro y armados de cuerdas, picos y cinceles, comenzaron a hacer realidad su sueño de muchos años: derrumbar el muro de Berlín.
A partir de ese año el mundo experimentó una serie de acontecimientos muy importantes, me refiero a la propia caída del Muro de Berlín, la reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno de la Unión Soviética, el término del Pacto de Varsovia y la guerra en la antigua Yugoslavia, el fin de la guerra fría y la ampliación de la globalización.
Sin embargo, este acontecimiento histórico no ocurrió espontáneamente, tuvo antecedentes en innumerables hechos de la vida cotidiana. Por ejemplo: entre 1950 y 1960 más de dos millones y medio de personas abandonaron la Alemania socialista; tan sólo en 1961 salieron más de 200.000. Sin embargo, obtener la libertad implicaba correr el riesgo de perder la vida, cerca de tres centenares de personas fenecieron en la huida y 60 mil individuos fueron juzgadas por intentar escapar o ayudar a otros.
Con la caída del muro de Berlín y la reunificación alemana las empresas estatales en quiebra y en condiciones de baja productividad fueron privatizadas y subsidiada por el Estado alemán. Los trabajadores de la Alemania socialista se beneficiaron con un mayor poder adquisitivo.
Estimado radioescucha, hace veinte años se construyó un muro de hormigón de 2 a 3 m de alto, con alarma que detectaba el contacto con el suelo, con una barrera de tela metálica más alta que un hombre, con un tendido de alambre de espinas y una alarma de contacto, con 302 torres de vigilancia, además de ser recorrido con perros policía de raza pastor obviamente alemán.
Afortunadamente el comunismo sucumbió ante su realidad económica y los alemanes hoy en día gozan de la libertad de elegir lo que desayunan, en el lugar en que trabajan, con quien se casan; en general, tienen la libertad de decidir el destino de sus vidas.
Para el Poder de la Discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario