Hola Jorge Humberto, es un placer saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré la competitividad de México en el orbe.
En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena es que en el año 2003 México era la décima economía más grande del mundo.
B. La mala: es que perdimos tres lugares, hoy somos la décimo tercera economía del orbe.
Ante este hecho surgen dos preguntas obligadas: ¿por qué estamos cediendo escaños en la producción mundial? y ¿por qué naciones como Corea, India, Brasil y Rusia nos han desplazado?
Veamos algunos datos. Por cada 100 pesos que se producen en México, Hace dos años la India producía 90 hoy 105; Brasil producía 90, hoy 102; el caso extremo es Rusia, producía 67 hoy 102.
El comparativo es más interesante cuando se considera a la población, es decir, si dividimos la producción nacional por la población, obtenemos el concepto de ingreso per cápita o ingreso por persona, pero la historia no es más alentadora, en el año 2000 teníamos la posición 48, en el 2007 bajamos al 56, pero se estima que en el año 2014 seremos la 62.
Una explicación la encontramos en los múltiples indicadores que miden la competitividad mundial de las naciones. Por ejemplo, en el reporte global de competitividad del Foro Económico Mundial, México ocupa la posición, 60 pero hace cinco años éramos la 43; en el índice de Desarrollo Humano estamos en el sitio 51; en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional estamos en el lugar 65.
En lo general, México tiene las siguientes debilidades: se tarda en el cumplimiento de convenios y leyes, la ejecución de un contrato puede tardar hasta 14 meses, abrir un negocio se posterga en promedio por 60 días; en los mercados laborales se prefieren los contratos temporales a los permanentes y despedir a un empleado es demasiado caro, es baja la eficiencia del gobierno y más reducida su eficacia, particularmente en las instituciones encargadas de la regulación, la infraestructura pública es poca y de baja calidad; hay elevados niveles de percepción de corrupción e inseguridad, ha crecido la economía informal, y el manejo sustentable del medio ambiente es mediano; en contraste, su principal fortaleza era la estabilidad macroeconómica (pero ya también la estamos perdiendo).
Estimado radio escucha México podría mejorar su competitividad resolviendo las debilidades anteriores, pero sobre todo, deberá cambiar su forma de hacer política económica, es decir, debe establecer una política de formación de capital humano, una reforma educativa que rompa con el obeso sindicato; además de favorecer la investigación y desarrollo de nuevo productos del sector privado y ampliar la infraestructura pública. En otras palabras, reformas fiscal, laboral y educativa, sin dejar de lado que los diputados y senadores estén dispuestos a votar a favor de México y no por sus intereses partidistas.
Para el poder de la discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana.
Los puntos de vista del autor son de carácter personal y no reflejan la opinión de ninguna de las instituciones.
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