Hola Pablo, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. En esta ocasión comentaré la aprobación de la iniciativa de la Asamblea Legislativa de modificar la Ley de Giros Mercantiles para reducir los horarios de venta de alcohol y operación de centros nocturnos en la Ciudad de México. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena, es que la Asamblea Legislativa está trabajando, está aprobando iniciativas.
B. La mala, es que a las 2:30 de la mañana se termina la venta de bebidas alcohólicas en restaurantes, cantinas, bares o discotecas y a las 3:00 cierran.
La semana pasada los diputados de la Asamblea Legislativa aprobaron que los restaurantes, cantinas, bares o discotecas ya no podrá vender bebidas alcohólicas después de las 2:30 de la mañana en la ciudad de México; también eliminaron la barra libre; las tardeadas tendrán un horario de las 12:00 a las 20:00 horas, y que las vinaterías y tiendas de conveniencia como los Oxxo y los 7-Eleven sólo podrán ofrecer licor en envase cerrado hasta la medianoche.
La Ciudad de México es una urbe cosmopolita con nivel de vida similar al que tienen algunos países europeos. Sin embargo, se aplican leyes y se establecen impuestos al pecado. Por ejemplo, el impuesto especial sobre producción y servicios grava con una tasa de 25% las bebidas de menos de 14% de contenido alcohólico como la cerveza, con una tasa de 30% a las bebidas que tienen entre 14 y 20% de alcohol como los vinos de mesa y con una tasa de 50% a las bebidas que contienen más de 20% de alcohol como las bebidas espirituosas mejor conocidas como destilados, el tequila, ron brandy, entre otros. Asimismo, grava con una tasa de 160% el precio de los cigarrillos y puros.
Soy de la opinión, estimado radioescucha, que la sociedad capitalina es mayor de edad y que la mortalidad asociada al consumo de bebidas alcohólicas no se detendrá con esta medida, pero si traerá una menor derrama económica en establecimientos comerciales de esta naturaleza, amén que según los restauranteros ya han registrado pérdidas con la prohibición de consumo de tabaco. Si a esto le agregamos que los efectos de la recesión económica ya se observan en los negocios, se puede concluir que al gobierno capitalino no le importan los negocios ni la creación de empleos, o la destrucción de los mismos.
Pero estamos en periodo electoral, espero que los ciudadanos muestren en las urnas su rechazo a los partidos políticos que prefieren recaudar ingresos tributarios gravando al pecado, en lugar de fomentar el crecimiento económico que se traduce de inmediato en mayores ingresos para el fisco.
Para Frecuencia Financiera, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana.
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