Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hace dos semanas estuve en Querétaro en el Cuarto Congreso Internacional de la Academia Mexicana de Ciencias, para presentar los resultados de una investigación que realice con dos colegas, cuyo objetivo fue medir qué situación es más costosa: llevar agua y drenaje a las zonas rurales o curarlos de las enfermedades causadas por la falta de agua y sanidad y, en este tenor, les tengo dos noticias, una mala y una buena.
A. La mala es que diez millones de personas en las localidades rurales del país carecen del servicio de agua potable.
B. La buena es que es más barato llevarles agua que curarlos de enfermedades causadas por la falta del vital líquido.
La Organización Mundial de la Salud, la OMS, reporta que en el 2010 en el mundo hubo 884 millones de personas sin agua potable. Casi la tercera parte de ellas se encuentran en China e India; México se ubica entre los países más afortunados, ya que el 87% de su población tiene acceso al agua potable entubada, igual que en Estados Unidos. Sin embargo, hay 24 países en Europa y Eurasia que garantizan agua potable prácticamente al 100% de su población.
Para la OMS el agua y la salud son dos elementos íntimamente relacionados, condicionados uno al otro, lo que puede conducir a un círculo vicioso entre pobreza y mala salud o viceversa. La malnutrición, el saneamiento insuficiente, la mala calidad del agua para consumo humano y una menor probabilidad de atención médica son características básicas de la condición socioeconómica de alrededor de mil millones de personas en el mundo que viven en condiciones de pobreza extrema, tres de cada cuatro viven en zonas rurales. En el mundo se registran 2,300 millones de casos de enfermedades relacionadas con el agua; en los niños menores a un año, 6 de cada 10 mueren por enfermedades infecciosas y parasitarias, vinculadas mayoritariamente con el agua.
En México, la comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados informó que 10 millones de personas no cuentan con servicio de agua en su vivienda, 75 millones más sufren escasez y que 20 millones carecen de drenaje.
Existe una relación directa entre la falta de agua y saneamiento con la salud; la carencia de estos servicios conlleva la aparición de una gama de infecciones y enfermedades denominadas de “origen hídrico”, tales como cólera; fiebre tifoidea; meningitis; hepatitis A y E; paludismo; fiebre amarilla; dengue, entre otras.
La investigación concluye que cuesta lo mismo dotarles de agua en el presente que estarlos curando durante diecinueve años; después del año veinte sería siempre más económico. Si se cubriera la demanda requerida de agua entubada en las localidades rurales se beneficiaría directamente a 5.7 millones de habitantes. La idea básica de la investigación fue atacar el origen de las enfermedades causadas por la carencia de infraestructura adecuada. Estamos convencidos que las acciones de gobierno orientadas a resolver la carencia de los servicios tendrían un gran impacto en la salud de los habitantes, generando a la vez un ahorro social futuro que podría destinarse a la atención de otras demandas.
Estimado radioescucha, los problemas se deben resolver de origen, definitivamente es más barato dotarles del vital líquido que estarles regalando medicinas, pero el gobierno debe tener la voluntad de gastar ahora para ahorrar en el futuro, pero como no se sabe qué partido estará en la silla presidencial en el futuro, mejor les dan “mejoralitos” ahora porque éstos si generan votos. Como decía la abuela: “más vale prevenir, que lamentar” y “para que tanto brinco estando el suelo tan parejo”.
Para el poder de la discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.
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jueves, 14 de julio de 2011
viernes, 26 de junio de 2009
El Día Internacional del Medio Ambiente y el Agua
Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré, en el marco del pasado día internacional del medio ambiente, la problemática del agua. En este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala.
A. La buena, es que México tiene una disponibilidad anual de casi 5 mil m3 por persona y el 89% de la población cuenta con agua potable.
B. La mala, es que en el año 2025 disminuirá la disponibilidad a menos de 4 mil m3 y la población con agua potable se reducirá (al 88%).
En el Mundo, alrededor de 600 millones de personas padecen la escasez de agua. Un par de datos reveladores, si en 1970 en proporción cada persona en el mundo contaba con dos gotas, a la fecha sólo cuenta con una gota, es decir, que la disponibilidad media del recurso hídrico ha disminuido en 50% y su distribución es desigual. Por ejemplo, existen naciones con elevada disponibilidad, tal es el caso de Canadá, Noruega y Brasil; en contraste, hay países que padecen escasez extrema como Kwait, Arabia Saudita e Israel. En la tabla mundial, México ocupa la posición 94 de 200 naciones según la UNESCO.
En México la disponibilidad de agua también es dispareja, en tanto el sureste cuenta con dos terceras partes del agua (68%), sólo aporta 15 pesos de cada cien que se producen y cuenta con una cuarta parte de la población (23%); en contraste, el centro y norte a pesar de poseer sólo una tercera parte del recurso hídrico (32%) aporta 85 pesos de cada 100 y a contiene tres cuartas partes de la población (77%); pareciera que para ser productivo se debe carecer de agua.
Por otra parte, el uso concesionado del agua se destina en tres cuartas partes a las actividades agropecuarias y una cuarta parte al consumo público e industrial. El problema real es que por cada dos gotas que se procesan sólo una llega a su destino final, representando un franco desperdicio del vital recurso. A ello hay que agregarle que el agua está subsidiada y todos los usuarios la desperdician porque su precio es muy bajo y lo que cuesta poco es escasamente valorado, no obstante que ninguna especie podría vivir sin ella.
No cabe duda que el recurso hídrico es escaso y día con día disminuye su disponibilidad. Esto sin considerar que los mantos friáticos se están contaminando y cada vez es más difícil beber agua potable con la calidad requerida para el consumo humano.
Estimado radioescucha, lo que propongo para cuidar el agua es eliminar los subsidios que se le otorgan, de tal manera que su precio refleje los costos reales incluidos los de contaminación, de esta manera al tener un precio más elevado los usuarios dejaran de derrocharla. Obviamente y con razón, alguien me cuestionará argumentando que con precios más altos se afecta a los que menos tienen, pero no se preocupe porque el agua que consume la población en condiciones de bajo ingreso incluso puede regalárseles, las poblaciones con esta característica son fácilmente identificables. Asimismo, indiscutiblemente el agua es un recurso vital, pero su distribución debería ser manejada por empresas privada que compitan por el mercado, tampoco se trata de crear monopolios que ofrezcan el recurso a precios exageradamente elevados.
Con estas dos medidas se mejoraría el servicio y, a la par, se fomentaría la inversión y el empleo que tanto necesita México en estos momentos.
Para el poder de la discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana.
Los puntos de vista del autor son de carácter personal y no reflejan la opinión de ninguna de las instituciones.
A. La buena, es que México tiene una disponibilidad anual de casi 5 mil m3 por persona y el 89% de la población cuenta con agua potable.
B. La mala, es que en el año 2025 disminuirá la disponibilidad a menos de 4 mil m3 y la población con agua potable se reducirá (al 88%).
En el Mundo, alrededor de 600 millones de personas padecen la escasez de agua. Un par de datos reveladores, si en 1970 en proporción cada persona en el mundo contaba con dos gotas, a la fecha sólo cuenta con una gota, es decir, que la disponibilidad media del recurso hídrico ha disminuido en 50% y su distribución es desigual. Por ejemplo, existen naciones con elevada disponibilidad, tal es el caso de Canadá, Noruega y Brasil; en contraste, hay países que padecen escasez extrema como Kwait, Arabia Saudita e Israel. En la tabla mundial, México ocupa la posición 94 de 200 naciones según la UNESCO.
En México la disponibilidad de agua también es dispareja, en tanto el sureste cuenta con dos terceras partes del agua (68%), sólo aporta 15 pesos de cada cien que se producen y cuenta con una cuarta parte de la población (23%); en contraste, el centro y norte a pesar de poseer sólo una tercera parte del recurso hídrico (32%) aporta 85 pesos de cada 100 y a contiene tres cuartas partes de la población (77%); pareciera que para ser productivo se debe carecer de agua.
Por otra parte, el uso concesionado del agua se destina en tres cuartas partes a las actividades agropecuarias y una cuarta parte al consumo público e industrial. El problema real es que por cada dos gotas que se procesan sólo una llega a su destino final, representando un franco desperdicio del vital recurso. A ello hay que agregarle que el agua está subsidiada y todos los usuarios la desperdician porque su precio es muy bajo y lo que cuesta poco es escasamente valorado, no obstante que ninguna especie podría vivir sin ella.
No cabe duda que el recurso hídrico es escaso y día con día disminuye su disponibilidad. Esto sin considerar que los mantos friáticos se están contaminando y cada vez es más difícil beber agua potable con la calidad requerida para el consumo humano.
Estimado radioescucha, lo que propongo para cuidar el agua es eliminar los subsidios que se le otorgan, de tal manera que su precio refleje los costos reales incluidos los de contaminación, de esta manera al tener un precio más elevado los usuarios dejaran de derrocharla. Obviamente y con razón, alguien me cuestionará argumentando que con precios más altos se afecta a los que menos tienen, pero no se preocupe porque el agua que consume la población en condiciones de bajo ingreso incluso puede regalárseles, las poblaciones con esta característica son fácilmente identificables. Asimismo, indiscutiblemente el agua es un recurso vital, pero su distribución debería ser manejada por empresas privada que compitan por el mercado, tampoco se trata de crear monopolios que ofrezcan el recurso a precios exageradamente elevados.
Con estas dos medidas se mejoraría el servicio y, a la par, se fomentaría la inversión y el empleo que tanto necesita México en estos momentos.
Para el poder de la discrecionalidad soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana.
Los puntos de vista del autor son de carácter personal y no reflejan la opinión de ninguna de las instituciones.
Etiquetas:
agua,
medio ambiente,
recursos naturales
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