Hola Pablo, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. En esta ocasión comentaré nuevamente el estado del tipo de cambio. En este tenor, les tengo dos noticias: una mala y una peor.
A. La mala, es que el tipo de cambio del peso mexicano respecto al dólar norteamericano en los últimos ocho meses se depreció en 44 por ciento al pasar de 10.24 en julio del año pasado a 14.70 el día de ayer.
B. La peor, es que el banco de México ha inyectado al mercado de cambios la no insignificante suma de 16 mil millones de dólares.
Para los economistas el tipo de cambio es considerado un precio relativo interespacial, es decir, es el precio de una moneda expresado en términos de otra por lo que de facto determina el precio de todos los bienes del resto del mundo. A grandes líneas, cuando el tipo de cambio se deprecia, hay que entregar más pesos por cada dólar, con lo que se abaratan las mercancías locales fomentándose las exportaciones; en contraste, se encarecen las importaciones con su consecuente reducción. Sin embargo, este argumento simplista tiene múltiples aristas, ya que se debe considerar la proporción de la deuda de las empresas que esté denominada en dólares, el efecto inflacionario y, en lo general, la pérdida de poder adquisitivo que una nación experimenta con tan sólo un ajuste en la variación cambiaria.
El mercado de cambios se constituye por oferentes y demandantes de dólares. Las personas que ofrecen dólares los obtienen de las exportaciones de mercancías, la inversión extranjera directa, la inversión extranjera de cartera, de los turistas internacionales y de las las remesas familiares. Por su parte, los demandantes de dólares los requieren para pagar las importaciones de mercancías, el servicio de la deuda externa y para los turistas nacionales que viajan al extranjero.
Hoy en día, el tipo de cambio está elevado porque la oferta de dólares ha disminuido, ya que se recibió vía remesas medio millón de dólares menos respecto al año pasado, la inversión extranjera se redujo en 5 mil millones, las exportaciones no petroleras en diciembre cayeron en 11%, amén a la caída de los precios del petróleo.
El mercado de cambios tiene la gran virtud de reunir a millones de personas que están dispuestos a ofrecer y demandar billetes verdes y a través de su interacción determina el tipo de cambio. La sociedad somos mayor de edad y es muy difícil que millones de seres humanos se equivoquen a la vez. Sin embargo, el Banco Central piensa que el tipo de cambio está muy alto y tomó la decisión de inyectar dólares al mercado con la finalidad, dicen ellos, de estabilizar el tipo de cambio. Lo cual no tendría ninguna importancia a no ser que en esta actividad se han desperdiciado ya 16 mil millones de dólares, suma equivalente al 2% del Producto Interno Bruto de la nación azteca, cantidad ligeramente por abajo del envío remesas de los migrantes, similar a la inversión extranjera directa y recursos suficientes para cubrir el 75% del gasto social. Pero parece que no importa el destino del dinero, al fin y al cabo vivimos en un país en dónde sólo habitan 50 millones de pobres.
Para Frecuencia Financiera, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana.
Ciudad Universitaria, a 4 de Febrero de 2009
viernes, 20 de febrero de 2009
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