jueves, 27 de octubre de 2011

AGUINALDO POR ADELANTADO

Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré el plan del gobierno federal de adelantar el pago del aguinaldo para la segunda quincena de noviembre, y en este tenor, les tengo dos noticas: una buena y una mala:

A. La buena, es que el gobierno federal, así como el de varios estados de la República Mexicana, planean adelantar el pago del aguinaldo a los trabajadores con el fin de reactivar la economía durante los últimos meses del año.

B. La mala es que esta medida será implementada únicamente por el gobierno federal y algunos estatales, ya que no existe algo que garantice que el sector privado se sume a la iniciativa.

El artículo 82 de la Ley Federal del Trabajo, establece que los empleados tendrán derecho a un aguinaldo anual que deberá pagarse antes del 20 de diciembre, equivalente a por lo menos quince días de salario. Este derecho, además, se garantiza también para aquellos que no han cumplido el año de servicios independientemente de que se encuentren laborando en la fecha de liquidación del aguinaldo. A ellos les corresponderá el pago de la parte proporcional con relación al tiempo que trabajaron.

La legislación es ambigua porque no establece una fecha de inicio para el pago del aguinaldo. Para efectos legales, los patrones podrían efectuar este pago en cualquier fecha siempre y cuando fuera antes del veinte de diciembre.

Valiéndose de esta normatividad y previendo la desaceleración de la economía para finales de año y el aumento en el desempleo, que suele ser mayor en los meses de noviembre y diciembre, el gobierno federal, así como el de los estados y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), han decidido adelantar el pago del 50% de aguinaldo a sus trabajadores para el 15 de noviembre, ello con la finalidad de reactivar la economía mediante estímulos al consumo. Como complemento a esta medida, la Confederación de Cámaras de Comercio (Concanaco) contempla ofrecer importantes descuentos en diversos productos del 18 al 21 de noviembre en lo que ellos llaman “El buen fin”.

Si bien esta es una medida inédita en México, lo cierto es que está inspirada en el “Black Friday” estadounidense, fecha en que los supermercados y tiendas departamentales ofrecen enormes descuentos. Esto es especialmente importante para los habitantes del norte del país, que año con año viajan a Estados Unidos para aprovechar el “Viernes Negro”. Lo que se busca es que los consumidores nacionales aprovechen esta oportunidad en México para que el consumo se quede en el país. En cuanto a las empresas, se piensa que esta medida logrará que se reduzcan los inventarios y aumenten sus ganancias. De suceder esto, según quienes han planteado esta propuesta, dejarían de destruirse miles de trabajos; en este periodo se estiman alrededor de 200 mil.

Estimado radioescucha, de los 50 millones de las personas que pertenecen a la población económicamente activa, 47 millones están trabajando y de ellos cerca de 3 millones laboran en el gobierno. El problema con esta medida es que en el mejor de los casos el impacto será mínimo porque en la legislación actual no hay nada que garantice que las empresas del sector privado se sumen a la iniciativa y lo más probable es que esto se quede en buenas intenciones. Como decía la abuela, “De los hombres es errar. Y de los burros rebuznar”.

Para el Poder de la Discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.

jueves, 20 de octubre de 2011

PYMES

Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré algunas características de las pequeñas y medianas empresas en México, y en este tenor, les tengo dos noticias: una buena y una mala:

A. La buena, es que de los cuatro millones de empresas privadas que existen en México, ciento cincuenta mil son consideradas pequeñas y medianas, las que en conjunto contratan algo más de cuatro millones de personas.

B. La mala, es que los programas de gobierno para fomentar este tipo de empresas es, a todas luces, insuficiente.

En México, una empresa que contrata de una hasta diez personas es considerada un micronegocio, la que contrata entre once y cincuenta personas es pequeña (30 personas en comercio), la que emplea de cincuenta y uno a cien individuos es mediana (250 personas en la industria) y a la que tiene en su nómina a más de 250 personas se le identifica como gran empresa.

Con base en los censos económicos de de 2008, sabemos que en México existen alrededor de cuatro millones de empresas del sector privado, de ellas 96 de cada cien pertenecen a los micronegocios, aquellas unidades que contratan hasta diez personas, 4 de cada cien son pymes y sólo una de cada 200 es considerada gran empresa al contratar a más de 250 personas.

Las unidades productivas están contenidas en tres rubros, a saber: manufacturas, comercio y servicios. Analicemos cada una.

En la industria manufacturera, una de cada catorce empresas es considerada pymes. En su conjunto emplean a 1.3 millones de personas, las que principalmente están contratadas en las siguientes actividades: industria alimentaria, equipo de transporte, productos metálicos, prendas de vestir, equipo de cómputo y comunicación, plástico y hule, química y aparatos eléctricos, entre otros.

En el comercio, una de cada tres empresas es pymes. Ellas contratan a 1.25 millones de personas, esencialmente ocupadas en abarrotes, tiendas de autoservicio al por menor, ropa y accesorios, ferreterías y tlapalerías, alimentos y abarrotes, papelerías, librerías y venta de revistas, artículos del cuidado de la salud, entre otros.

En los servicios, una de cada veinte empresas pertenece al rubro de las pymes. En su conjunto, estas empresas contratan a 1.8 millones de personas y se desempeñan fundamentalmente en servicios de alojamiento temporal y restaurantes, manejo de desechos, educación, salud, servicios profesionales científicos y técnicos y servicios financieros y seguros, entre otros.

Para contextualizar la contratación en las pymes considere que, hoy en día, vivimos en este país 114 millones de personas, de ellas 50 millones pertenecen a la población económicamente activa, de las cuales 47 millones están contratadas y sólo 2.6 millones de personas se encuentran en condiciones de desempleo. Así que las pymes prácticamente contratan a uno de cada 10 trabajadores, tanto en empresa formales como informales.

Las remuneraciones que obtienen los trabajadores en las pymes son relevantes, sumando salarios y prestaciones, en las manufacturas obtienen entre 5,800 y 9,400 pesos mensuales, en el comercio sus ingresos se ubican entre 6,100 y 8,300 pesos cada mes y en los servicios entre 6,200 y 8,400 pesos al mes. Sus ingresos son elevados si consideramos que en ámbito nacional 57% de los mexicanos obtienen ingresos inferiores a los 5,000 pesos. Sin embargo, los ingresos en las pymes que rondan los 7 mil pesos, no les permite a los trabajadores tener un buen nivel de vida. Esto es más notorio si recordamos que en el país uno de cada dos habitantes padece algún grado de pobreza.

El gobierno ha establecido el Programa Nacional de Emprendedores para apoyar a los empresarios. Este Programa tiene cuatro vertientes: jóvenes emprendedores, incubadoras, capital semilla y consultoría y capacitación. Pero son más las buenas intenciones que la eficacia del programa, ya que los recursos que aporta son escasos, a cada joven emprendedor le otorga 966 pesos, a las incubadoras les entrega en promedio 38,400 pesos, al capital semilla 3,000 pesos y a la consultoría y capacitación 7,500. A todas luces estos recursos son insuficientes.

Estimado radioescucha, el gobierno quiere crear empleos, pero el apoyo que brinda con su programa de emprendedores es reducido y debe mejorarlo. Al gobierno le debe quedar más que claro que la empresa es la generadora de la riqueza, ya que el gobierno sólo emplea a uno de cada 20 mexicanos. Como decía la abuela, “Mucho ayuda, el que poco estorba”.

Para el Poder de la Discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias.

jueves, 13 de octubre de 2011

Premio Nobel de Economía

Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludar a tu finísimo público. Hoy comentaré la entrega del Premio en Memoria de Alfred Nobel en Ciencias Económicas, y en este tenor, les tengo dos noticas: una buena y una mala:

A. La buena, es que el pasado 10 de octubre de 2011 el Banco Central Sueco entregó el premio nobel de economía a dos profesores de renombre internacional: Thomas J. Sargent y Christopher A. Sims.

B. La mala es que a pesar de que el Premio Nobel en Ciencias Económicas se ha otorgado desde hace casi medio siglo, nunca un mexicano ha sido llamado al podio de honor.

Alfred Nobel, inventor y hombre de negocios, conocía la importancia de los desarrollos científicos para el progreso de la humanidad. En 1895, un año antes de su muerte, dejó en su testamento instrucciones para el establecimiento de un fondo que debía ser invertido en “títulos financieros seguros” cuyos intereses anuales habrían de repartirse en partes iguales entre los representantes más destacados de los principales campos del conocimiento en el ámbito mundial.

Los poco más de 31 millones de coronas suecas que Alfred Nobel destinó a la formación de este fondo rendirían intereses anuales por alrededor de 150 mil coronas suecas a precios de 1901, para ser repartidos entre los investigadores que realizaran las contribuciones más importantes en los campos de la física, química, medicina y fisiología, preservación de la paz y literatura. Desde 1901 la Fundación Nobel en Estocolmo, Suecia, ha repartido este premio según las instrucciones del propio Alfred Nobel a algunas de las mentes más brillantes en el ámbito científico y artístico sin ninguna distinción de nacionalidad. Actualmente el premio Nobel es de 10 millones de coronas suecas (alrededor de millón y medio de dólares).

El galardón en Ciencias Económicas por primera vez se entregó en 1969 a Ragnar Frisch y Jan Tinbergen. Desde entonces el premio se ha otorgado en 43 ocasiones a economistas de la talla de Paul Samuelson (1970), Sir John R. Hicks (1972), Milton Friedman (1976), Wassily Leontief (1973), Friedrich Hayek (1974), Gary S. Becker (1992), Robert Lucas (1995), entre otros. Cabe señalar que los ganadores del premio habían sido científicos del sexo masculino, no fue hasta 2009 que una mujer, Elinor Ostrom, recibió el premio compartiéndolo con Oliver E. Williamson.

En este año, Thomas Sargent y Christopher A. Sims fueron premiados por su investigación aplicada a la realidad sobre las causas y efectos en la macroeconomía. Sargent, sobre todo, es conocido por sus aportaciones a la teoría de las expectativas racionales, que en su aplicación práctica indican que las personas no serán engañadas constantemente por los gestores de política económica y que pueden adelantarse a las decisiones de política económica porque constantemente recaban información del mercado. Esto quiere decir, que si una autoridad planea llevar a cabo una política sorpresiva de empleo mediante una expansión monetaria, lo más seguro es que los trabajadores y sindicatos revisen sus expectativas de inflación, lo que derivará en una pugna con las empresas por mejores salarios y pasado algún tiempo la inflación se acelera y el desempleo no disminuye. Las aportaciones de Sims, por su parte, tienen que ver con aspectos metodológicos para estimar estos efectos mediante una técnica econométrica conocida como vectores autorregresivos. Este método, en palabras del laureado, tiene la virtud de estimar relaciones económicas entre variables sin tener que recurrir a fundamentos teóricos.

Orgullosamente, tres mexicanos han recibido el premio nobel; todos egresados de la Máxima Casa de Estudios, la UNAM. En 1982 Alfonso García Robles, egresado de la Facultad de Derecho, ganó el premio Nobel de la paz conjuntamente con Alva Myrdal; en 1990 Octavio Paz, egresado de la Facultad de Derecho, se hizo acreedor del premio Nobel de literatura, y en 1995 Mario Molina premio Nobel de química, egresado de la Facultad de Química, fue galardonado por su trabajo en química atmosférica.

Estimado radioescucha, el premio nobel en ciencias económicas ha visto desfilar a 72 brillantes economistas en 43 entregas, la pregunta obligada es, ¿cuándo un mexicano será beneficiado con este premio? La respuesta es simple, cuando se compita anualmente por las plazas. Como decía la abuela “Premio del trabajo justo, son honra, provecho y gusto”.

Para el Poder de la Discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias