Hola Jorge Humberto, es un placer volver a saludas a tu finísimo público. Hoy comentaré la baja en la calificación de deuda de Estados Unidos de AAA a AA+ y en este tenor te tengo dos noticias, una mala y una buena:
A. La mala es que la agencia Standard & Poor's rebajó la calificación de la deuda de Estados Unidos, cimbrando los mercados financieros del mundo.
B. La buena es que, a pesar de que no lo reconozca, la agencia de rating se equivocó al degradar la deuda de estados unidos, a pesar de su abultada deuda, que al fin y al cabo se paga con dólares.
El viernes de la semana pasada la agencia Standard & Poor’s redujo la calificación de deuda de los Estados Unidos en un escalón, de “AAA” a “AA+”; el primer revés en esta materia para la economía que aporta uno de cada cuatro dólares que se producen en el mundo y a la cual le vendemos más del 80% de nuestra exportaciones. La decisión fue tomada ante la preocupación por el creciente déficit presupuestario del país y a la elevada carga de su deuda.
Standard & Poor’s es un gigante financiero, como referencia pertenece a la editora estadounidense McGraw-Hill. Standard&Poor's, además de ser una agencia de emisión de calificaciones de deuda también proporciona estudios y análisis y emite índices bursátiles. En 2007 el beneficio total de la empresa alcanzó los 2.3 millones de euros, beneficios que obtuvo básicamente en los mercados de crédito.
La calificación una deuda, generalmente de largo plazo, estima la fiabilidad del emisor, a los que se les califica con letras, desde la máxima valoración denominada AAA, otorgada a las deudas de las compañías y gobiernos más seguras del mundo, disminuyendo a AA, A, BBB, BB, B, CCC, CC, C, en donde C se otorga a las compañías más arriesgadas. Lo relevante es que la calificación está asociada a las tasas de interés que pagan, y la regla es la siguiente: a menor calificación, mayor riesgo y, por tanto, mayor tasa de interés. Esto les permite ser atractivas para los inversores.
A pesar de que las empresas calificadoras de deuda se constituyen en una referencia obligada al incursionar en mercados financieros internacionales, no son infalibles, o sea, que se pueden equivocar. Recuerde que del total de MBS (mortage backed securities) calificados como AAA por las agencias calificadoras en 2006, hoy en día el 93% son calificadas como bono basura.
En términos generales, al bajar la calificación de la deuda de un país, disminuye también la confianza de los inversores que compran bonos del estado, lo que eleva las tasas de interés que se pagan a los tenedores de bonos para que no se desprendan de ellos. Obviamente un país que no está bien calificado también enfrenta mayores complicaciones para conseguir otorgamientos de créditos.
Paradójicamente a la relación mencionada entre la calificación de la deuda y la tasa de interés, en Estados Unidos esto no sucedió. La tasa de interés de los bonos de largo plazo no sufrió ningún cambio. Tampoco se observó una salida masiva de capitales de la Unión Americana. La siguiente nota del día 8 lo confirma: “El Tesoro colocó el martes 32.000 millones de dólares en obligaciones a tres años, en su primera emisión de deuda tras la degradación de la nota de "AAA" a "AA+", que se saldó con una fuerte demanda y una tasa a la baja, de 0,5%.”
Indiscutiblemente, las bolsas de valores se cimbraron, con pérdidas de alrededor de 4 puntos porcentuales, pero en cuanto la Reserva Federal declaró que mantendrá el precio del dinero en niveles históricamente bajos por dos años más, en tasas cercanas al cero por ciento, las bolsas se recuperaron.
Apreciado radioescucha, una empresa de rating le reduce la calificación a la deuda de Estados Unidos, pero los capitales no salieron huyendo ni la tasa de interés de los bonos de largo plazo aumentó, lo que indica que la empresa calificadora se equivocó. No cabe duda que Estados Unidos tiene una deuda elevada, pero da la casualidad que esta nación cuando se endeuda lo hace en dólares, y para pagar puede optar por tan sólo imprimir dinero. Lo que refleja la estabilidad de sus tasas de interés de largo plazo es la seguridad de invertir con ellos y la garantía del cumplimiento de sus obligaciones fiscales; a pesar de su obesa deuda. Como decía la abuela: " Cojo, si cojeas, te dirán cojo”.
Para el Poder de la Discrecionalidad, soy Miguel Cervantes y estaré con ustedes la próxima semana. Gracias
El punto de vista del autor es de carácter personal y no reflejan la opinión de ninguna de las instituciones en las que colabora.
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